Sobre mí
De pequeño era más bien gordito, y no me gustaba la tortilla por aquel entonces. Luego ya estiré y me convertí en un esbelto zagal, y ahí sí que ya la tortilla de patata me volvía muy loco. ¿Qué quiero decir con esto? ¡Pues que la tortilla de patata adelgaza, doctor! O a lo mejor no adelgaza y eso fue una cosa que me pasó a mi porque la genética y las cosas que ya sabe usted y los jaleos que tal y que cual y la genética… Pero vamos, que si tampoco te hinchas, engordar no engorda.
En cualquier caso la tortilla de patata es una delicia al alcance de todos, y como soy consciente de que sois muchos los fanáticos, y que a todos nos gusta atinar cuando estamos que tenemos un poco de hambre, yo me enfundo los pantalones de cinturilla elástica y salgo a probar todos los pinchos de tortilla que pille por vosotros. ¡Porque os quiero, qué coño! Y porque cuando pillas uno que está bueno eso es la gloria, pero cuando te endiñan uno que está seco y soso te cabreas un montón. Y eso no puede ser.
Soy el Catatortillas y estoy aquí por la justicia. Por los pinchos. Por el cachondeo.